Se aproxima uno de los momentos del año que hay que coger con muchas ganas: la vuelta de vacaciones. La época estival es el momento del año ideal para viajar. Hacer alguna lectura de verano. O desconectar del trabajo. ¿Cómo podemos estar más motivados y ser más productivos a la vuelta de vacaciones? Este regreso no deja de ser un reto. Porque tras un periodo en el que se relajan por completo los horarios y se esfuman las rutinas. No todos asumen este cambio de la misma manera.
En algunos casos, esta especie de año nuevo se deja notar en la productividad y en la motivación. La añoranza de esos recientes días de descanso y evasión estival puede dar lugar a efectos físicos y emocionales en las personas. Así, es posible experimentar cierta desgana durante la jornada de trabajo a la vuelta de vacaciones, pese a regresar con las pilas cargadas. O vivir momentos en los que puede costar concentrarse en una determinada tarea. Incluso, hay empleados que pueden sufrir algo de estrés por las grandes expectativas que genera siempre el inicio del nuevo curso en el seno de las empresas.
En general, son secuelas poco preocupantes que desaparecen con el paso de los días. Cuando los profesionales vuelven a estar al cien por cien. Sin embargo, hay una versión más intensa de esos efectos: el denominado “síndrome postvacacional”, el cual sufren cuatro de cada 10 trabajadores, según un estudio realizado por Adecco en 2018.
¿En qué consiste el síndrome postvacacional?
Desde el Gabinete de psicología Sian, explican que el síndrome postvacacional, “es una forma desadaptativa de enfrentarse a la vuelta de vacaciones. Es un estado pasajero y liviano en el que se mezclan síntomas de ansiedad y depresión”. No obstante, estos expertos quieren dejar claro que “no se trata de depresión ni de un trastorno de ansiedad. Sino tan solo de formas pasajeras y de menor importancia”.
La duración del síndrome postvacacional se prolonga, según los especialistas, entre una y dos semanas.
¿Cómo evitar el síndrome postvacacional y volver con fuerzas al trabajo?
Lo mejor de todo es que cualquier persona puede regresar al trabajo tras el descanso estival con fuerzas y motivación. Sin temor a caer en el síndrome postvacacional. Es importante tener una conciliación laboral y familiar, para ello, basta con seguir las siguientes recomendaciones de expertos en psicología, salud laboral y Recursos Humanos:
- Adelanta lo máximo posible tu vuelta a casa, para que no coincida con el día anterior al de la reincorporación a la empresa.
- Si es posible, que la vuelta al trabajo no sea en lunes, el regreso será más llevadero.
- Los primeros días de trabajo, no está de más irse a la cama más pronto y levantarse antes de lo habitual: ayuda a recuperar el ciclo habitual de sueño y, además, ofrece un tiempo extra por la mañana para desempeñar las obligaciones profesionales sin prisas y sin agobios.
- También ayuda en esos primeros días tras las vacaciones, tomar plena conciencia de que el trabajo es otra forma de desarrollo personal y la empresa, un lugar privilegiado para relacionarse con otras personas que pueden aportar mucho en el ámbito profesional y personal.
- Conviene romper algunas rutinas del día a día profesional, sin caer en el caos. Según Palao, “si siempre haces lo mismo, siempre obtendrás idénticos resultados”. Por otra parte, los expertos coinciden en que las rutinas contribuyen a estructurar el tiempo de las personas. Y sentirse más realizadas.
- Haz uso de tu inteligencia emocional: sonreír -incluso con la denominada “sonrisa telefónica”- genera endorfinas positivas que hacen más llevadero el regreso al día a día profesional.
Y, sobre todo, mucho pensamiento positivo
Hay formas muy simples de generar el pensamiento positivo que se necesita a la vuelta de vacaciones. Por ejemplo, limpiando y ordenando el escritorio de la oficina o planificando las tareas que se tienen pendientes.
También es recomendable programar actividades con las que uno se sienta gratificado a lo largo de todo el año, como hacer un curso de idiomas o de otra materia que sea útil para la propia carrera profesional o para sentirse realizado. No en vano, la formación continua es un factor clave para el capital humano.
Se trata, en definitiva, de gestos y decisiones que sirven de incentivo y fomentan la motivación y la productividad. Comer sano y hacer ejercicio con regularidad también ayuda a ser más positivos.
La importancia del pensamiento positivo la resume Lourdes López, directora la consultora de selección y formación de Recursos Humanos Selecciona2. “No pienses que el trabajo es algo negativo. De hecho es muy importante que consideres tu actividad profesional como una actividad satisfactoria dentro de tu vida. Recuerda que la clave está en tu cabeza y en la manera en la que enfocas las cosas. No idealices las vacaciones para poder adaptarte a tu trabajo”.
Fuentes: ABC, Tisoc, Muy Interesante, Clasifical y Selecciona2