Las mejores compañías lo saben y cada vez impulsan más dinámicas que fomenten el buen ambiente entre departamentos y el trabajo colaborativo. Estas son algunas de las pautas que es necesario seguir para lograrlo.
Armonía en el ambiente de trabajo
Difícilmente se podrán realizar las tareas en equipo si las personas que forman parte de él se llevan mal. No es necesario que se conviertan en amigos íntimos, pero sí es importante crear un buen ambiente de trabajo. Para ello es fundamental fomentar el sentido del humor y celebrar los logros de las personas que participan en el grupo. El manager debe estar muy atento e intentar siempre detectar posibles focos de conflicto o malestar para poder solucionarlos antes de que acaben contaminando al resto.
Una comunicación bidireccional
Una de las formas de implicar a los profesionales de un departamento en los objetivos grupales de la empresa es hacerles partícipes de esos objetivos. Para conseguirlo, las reuniones tienen que ser un espacio donde todos puedan expresar sus ideas y preocupaciones sin ser juzgados por los demás. Si durante el trabajo de despacho solo se dan órdenes sin tener opción a opinar, resultará difícil que se sientan identificados con lo que están haciendo.
Si bien es cierto que muchas de las ideas que salen de esos encuentros no son finalmente viables, cuando se aplaude la iniciativa de las personas se consigue una mayor implicación de estas con su trabajo y se les concede la libertad de que se expresen, algo muy valioso para dar riqueza y creatividad a los proyectos.
Facilitar las relaciones
Si nos fijamos bien, la ambición por lograr que se trabaje en equipo ha cambiado la estética de los puestos físicos en las empresas. Se acabaron los cubículos donde los trabajadores no podían relacionarse unos con otros. Los espacios son cada vez son más abiertos, con mesas compartidas y con lugares donde las personas pueden compartir lo que hacen y lo que hacen cómodamente. Solo cuando la gente se conoce es capaz de trabajar codo con codo creando un buen ambiente.
El líder, uno más
Para liderar un equipo productivo es importante que su líder se muestre cercano y dé ejemplo. Los equipos de trabajo funcionan cuando sus miembros se sienten parte importante de ellos, nadie puede sentirse valioso en un grupo que está formado por una persona que manda y otras que obedecen. Esto genera desapego y malestar. Sin embargo, si el líder es una persona que despierta confianza, que reconoce las ideas y los méritos de los demás, el ambiente será mucho más amable y el trabajo saldrá adelante con mayor calidad.
El trabajo en equipo es la manera más efectiva de trabajar. Esta sociedad a veces peca de individualista, pero lo cierto es que necesitamos de los demás para crecer tanto personal como profesionalmente. En este sentido, es importante para las empresas fomentar un buen ambiente de trabajo en el que los trabajadores se sientan parte de un objetivo común. Solo así se conseguirá una mayor implicación y responsabilidad en el desarrollo de sus funciones.
Fuente: Foromarketing, il3, Cyberclick, Almanatura