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Estamos en verano, la estación de hacer las maletas, desconectar el correo del móvil y dejar atrás la oficina. Las vacaciones son unos días esperados con ansia por todos para poder evadirnos, descansar o dedicarnos a alguna afición personal para la que no tenemos tiempo el resto del año.

Sin embargo, las vacaciones también son una época perfecta para aplicar algunos consejos de cara a mejorar el desarrollo personal y profesional.

¡No te asustes! En este artículo no pretendemos sugerir que debas dedicarte a tu trabajo durante tus días libres. Nada más lejos de la realidad. Solo pretendemos hacerte algunas recomendaciones para convertir tus vacaciones en un buen momento para mejorar tu inteligencia emocional, sin perder completamente el modo desconexión.

 

¿Qué es la inteligencia emocional?

En términos prácticos, la inteligencia emocional es tener la capacidad de reconocer y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás. Es una habilidad fundamental en lo que respecta a la comunicación interpersonal, y un tema crucial no solo en psicología, sino también para el desarrollo personal y profesional. Implica el uso de esta comprensión emocional para tomar decisiones, resolver problemas y comunicarse con los demás.

 


“La inteligencia emocional es tener la capacidad de reconocer y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás


 

 

Cómo convertirte en una persona emocionalmente inteligente

En el año 1993 Daniel Goleman publicó Inteligencia emocional, un libro que incluía más de 300 estudios realizados a ejecutivos de 15 empresas de todo el mundo. Las conclusiones obtenidas señalaban que los grandes directivos que ascendían más rápido y tenían más éxito dentro de la compañía no eran los que tenían un mayor cociente intelectual, sino los que se mostraban más seguros de sí mismos. Eran personas capaces de influir en los demás y tenían una mayor capacidad para centrarse en sus metas.

Fue entonces cuando el concepto de inteligencia emocional se popularizó. Actualmente, todos sabemos que las competencias emocionales son tan importantes como cualquier otra habilidad. Por suerte, la inteligencia emocional no es una cualidad innata, sino que puede trabajarse a lo largo de la vida.

escapada y desconexión profesional

Consejos para mejorar el desarrollo personal y profesional en verano

A continuación, podrás encontrar una serie de consejos que pueden ayudarte a desarrollar tu inteligencia emocional durante estas vacaciones.

1. Piensa un poco en ti

En algún momento, todos hemos pensado en organizar un viaje orientado a conocernos más o descubrir nuevas facetas de nuestra personalidad. Lo cierto es que no hace falta volar a algún país paradisiaco a miles de kilómetros de distancia para lograrlo. De hecho, lo único indispensable es tener tiempo para relajarnos y dejar que nuestra mente se aleje de las presiones de la vida diaria.

Dado que la conciencia de uno mismo es la base de la inteligencia emocional, vale la pena planificar unas vacaciones que te brinden tiempo para estar a solas con tus pensamientos, algo que suele ser difícil durante una semana laboral normal.

2. Busca formas de empatizar para mejorar el desarrollo personal y profesional

Ser empático implica ponerse en el lugar del otro. Y para conseguirlo es necesario interesarse por la persona, conocer su cultura, aficiones, situación vital, sus necesidades o sus objetivos.

Las vacaciones son un buen momento para que nos demos cuenta más fácilmente de esos pequeños detalles que, durante nuestra rutina, suelen pasarnos desapercibido.

Observa a las personas que te rodean: sus expresiones faciales, su postura, vestimenta y forma de caminar. Todos estos datos pueden darnos pistas sobre cómo es la persona que tenemos delante y cómo se siente.

Además, durante los viajes solemos encontrarnos con gente muy distinta a nosotros. Es una oportunidad para practicar la escucha activa con la intención de entender al otro y tender puentes.

Básicamente se trata de entrenar la capacidad de entender las propias emociones como base para entender las de los demás y de eliminar prejuicios y estereotipos.

3. Practica la asertividad con consejos

A muchas personas les cuesta horrores pedir un cambio o preguntar por cualquier cosa que quieren o necesitan. Pero ¿qué es lo peor que puede suceder si alguien te dice que no? Que te quedas igual que como estabas antes de pedirlo. Las personas emocionalmente inteligentes son conscientes de esto.

Más allá de la sala de juntas, las vacaciones son un escenario idóneo para entrenarse en el arte de preguntar y ser asertivo.  Cuando te registren en tu alojamiento, si así lo consideras, intenta solicitar una mejora. Si hay algún problema con tu comida, comunícaselo al camarero. Todo esto, por supuesto, siendo educados y optando por las normas de cortesía esenciales.

4. Sal de tu zona de confort

¿Cuántas veces te has propuesto empezar a hacer yoga por las mañanas o apuntarte por fin a clases de francés? A veces no es cuestión de fuerza de voluntad, sino más bien de falta de tiempo. La rutina diaria se impone en nuestro camino a la hora de querer introducir nuevos hábitos.

Las personas emocionalmente inteligentes no son inmunes a esto, pero son buenas aprovechando el tiempo de las vacaciones para centrarse en aquello para lo que a menudo no tenemos tiempo. Es el momento de probar cosas nuevas y encontrar formas de incorporarlas a su vida diaria después de regresar a casa.

5. Reconsidera tus metas

Olvídate de los propósitos de año nuevo. Las vacaciones son un buen momento para revisar metas pasadas o incluso establecer nuevas. Lejos de nuestra rutina diaria podemos valorar en qué momento estamos y qué nos gustaría cambiar de nuestra vida. Algo que caracteriza a las personas con inteligencia emocional es que son capaces de alejarse de sus hábitos diarios de vez en cuando para reenfocarse.

Las nuevas experiencias que acompañan a las vacaciones pueden darte la oportunidad de descubrir nuevas metas y aspiraciones. Si cuando terminen tus días libres tienes que volver a un trabajo o una oficina que no te satisfacen, quizás sea el momento de cambiar de rumbo.

La inteligencia emocional puede desarrollarse sin renunciar al descanso y la desconexión. Recostado en una tumbona con vistas al mar o de excursión en la montaña, siempre podemos intentar conectar con nuestras propias emociones y reconocer nuestros deseos y necesidades.

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Fuentes

https://people-pre.acciona.com/es/desarrollo-profesional/inteligencia-emocional/

http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/Inteligencia%20Emocional%20%20Daniel%20Goleman.pdf