Un detective de finales del Siglo XIX. Un autor especializado en crimen y misterio. Una colección de obras que ya quedan en el imaginario colectivo. Y es que el método Sherlock Holmes y sus juegos mentales han ido más allá de la literatura, hasta el terreno profesional. ¿Puede este investigador cerebral ayudarte a prosperar en tu trabajo? Solo hay una respuesta posible: “Elemental, querido Watson”.

Infografía del método Sherlock Holmes

El método Sherlock Holmes, ¿en tapa dura o tapa blanda?

Maria Konnikova es una conocida psicóloga americana y rusa, pero también una escritora con dos de los libros más vendidos según el The New York Times. “¿Cómo pensar como Sherlock Holmes?” no es una simple revisión de su forma de resolver los asuntos policiales en las calles de Londres. Es desgranar el enfoque, el método científico que seguía a rajatabla el personaje.

Primero observaba. Nada de empezar con preguntas o a tomar decisiones. La observación de la escena bastaba para resolver las cuestiones más elementales. Después planteaba una hipótesis, es decir, una verdad que tenía que corroborar o desmentir. Luego investigaba todas las líneas de posibles sucesos y las eliminaba una por una, haciendo ver que, la que quedaba, era la única correcta.

Este método científico deductivo (porque parte de premisas generales para luego adentrarse a lo particular) tiene un potencial para cualquier puesto de trabajo. Metodologías como Agile o JTBD ya se centran en los aspectos más particulares de un proceso, y son perfectamente complementarias con el método Sherlock Holmes.

El desván de tu cerebro

El libro pone el foco en un concepto conocido como “el desván de tu cerebro”. Arthur Conan Doyle, la mano experta detrás del personaje, lo calificó como:

Una habitación vacía, con un ventanal en el techo, que amueblamos con lo que nosotros decidamos

Aquí vemos tres premisas necesarias para implantar el método Sherlock Holmes en tu rutina profesional, pero también a la hora de enfrentarte a retos más estratégicos:

  • La habitación está vacía porque, ante cada nueva situación, debes partir de una hoja en blanco. No te contamines con experiencias similares, pues cada problema es único y nuevo.
  • Un ventanal en el techo. Un símil de la luz que arroja la razón, la observación y la ciencia a tu cerebro. Hablando de retos en un entorno de trabajo, parar un segundo y reflexionarlo todo desde el ángulo más racional posible.
  • Los muebles. Todos los inputs que se consiguen a través de la observación y de las diferentes líneas de investigación. Adaptado al entorno profesional, toda la información que hayas recabado en la fase de investigación, así como todo lo nuevo y útil que surja durante las fases más ejecutivas.

Estos muebles son verdaderamente importantes, pues la autora pone el foco en, quizás, el talento más llamativo del detective de Baker Street: la capacidad de inferir detalles de la vida pasada de una persona a partir de su situación actual.

Una visión global desde el presente

Entre las ventajas que puede conllevarte aplicar el método Sherlock Holmes a tu trabajo está lo último que comentamos. Y es que ser capaces de, con algo de información del presente, deducir todos los hechos pasados que han llevado a esta situación es sinónimo de ser un perfecto estratega. Es más, esto es una gran ayuda para tomar decisiones a largo plazo, pero también para resolver momentos de crisis (como es el caso de los crímenes ficticios que sucedían en la Inglaterra de hace dos siglos).

Estar en constante alerta y prestar atención al entorno parece complicado. Más en una época donde la información se transforma, cambia y es contradictoria. Está claro que no eres un robot, pero se supone que, si te acostumbras a vigilar, observar y cribar aquello que te interesa, acabarás haciéndolo casi inconscientemente. El hábito hace al monje, eso dice el refrán.

Para ello el método Sherlock Holmes sugiere que debes atacar directamente la raíz de un problema, luego observar como si fueras un espectador, no un actor, alejarte para tener una visión global, y luego ya actuar en consecuencia.  Y nunca, bajo ningún concepto, sucumbir al método Watson.

Flecos y puntos a actualizar del método Sherlock Holmes

John H. Watson es el fiel compañero de aventuras del detective Holmes. Se presenta como un opuesto al método Sherlock Holmes. Watson cree y luego duda, está condicionado por sus hábitos y no se esfuerza en dudar de lo que ya sabe.

Lo que el método Sherlock Holmes propone es dudar antes de creer. Solo así no darás las cosas por sentado, y tendrás un nuevo enfoque y una nueva visión en cada tarea que realices… pero espera, ¿hay algo que no te encaja?

El método Sherlock Holmes parece haberse quedado desactualizado por dos razones. Primero porque no habla nunca de James Moriarty, un genio criminal, principal enemigo de Holmes, con el que comparte astucia, habilidades y método. ¿Su diferencia? Que este lo utiliza para su propio beneficio.

El concepto de empresa ya no es una institución que solo mira por el bien propio. Hay que tener en cuenta las necesidades de los clientes, externos e internos. También el futuro de la sociedad, del medio ambiente y de la innovación. Recuerda que lo único que diferenciaba a Moriarty de Holmes era que el segundo buscaba una solución, mientras que el primero solo generaba problemas.

La visión de un profesional va más allá de su lado racional

haciendo que…

  • La habitación no esté vacía. Sus experiencias y aprendizaje pasado tienen mucho que decir para el futuro. Desecha lo que sea inútil, pero conserva todo aquello que te ayude a llegar a la solución más rápida.
  • Existan dos ventanales. Uno forma parte del lado racional, pero también uno de lo emocional. Las necesidades y valores que recalcar ante cualquier dilema son más fáciles de comprender desde un punto de vista más emocional.
  • Veamos una mayor variedad de muebles. Al incluir estos nuevos factores, tendremos más puntos de vista y, por lo tanto, más líneas de investigación que ir descartando.

Y nuestra última recomendación sobre el método Sherlock Holmes: lee El Sabueso de los Baskerville. La obra cumbre de Doyle tiene todos los elementos que convierten a un profesional Watson en un profesional Holmes.

FUENTES

LeaderSummaries, El Cultural, Lamenteesmaravillosa

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